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La sangría laboral en el sector del hogar: el impacto del salario mínimo en el empleo de las trabajadoras domésticas

El impacto de la subida del SMI clave para entender la sangría laboral del sector del hogar en el Régimen Especial de Empleadas del Hogar.

En medio de un contexto económico complejo, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha vuelto a ser el centro del debate en España, esta vez afectando gravemente a un sector históricamente precarizado: las empleadas del hogar.

Cada día, aproximadamente 90 trabajadoras del hogar pierden su empleo debido a la subida del SMI y los elevados costes asociados a las cotizaciones de la Seguridad Social.

Esta situación, lejos de mejorar sus condiciones laborales, ha provocado un efecto contrario, con una disminución drástica del empleo en este colectivo y un aumento de la economía sumergida.

 

Régimen Especial de Empleadas del Hogar

El Régimen Especial de Empleadas del Hogar ha sido objeto de varias modificaciones en los últimos años, especialmente desde la reforma que obligó a que todas las empleadas del hogar cotizaran a la Seguridad Social.

Esta medida fue vista como un avance en los derechos de estas trabajadoras, otorgándoles acceso a prestaciones como el desempleo, pero ha tenido efectos secundarios no previstos.

Uno de los mayores problemas ha sido el incremento del SMI, que en 2024 se situó en 1.134 euros mensuales en 14 pagas, lo que ha disparado los costes para los empleadores, generalmente familias de clase media.

El aumento del SMI no solo ha encarecido los salarios, sino que también ha incrementado las cotizaciones a la Seguridad Social, que alcanzan hasta el 28,3% del salario bruto, más otras contribuciones específicas para las empleadas del hogar, como la cotización por desempleo y el Fondo de Garantía Salarial.

Para muchas familias, este coste adicional es insostenible, lo que ha llevado a una serie de despidos masivos en el sector, dejando a miles de trabajadoras sin empleo.

 

¿Por qué el impacto del salario mínimo, SMI, está acabando con estos contratos en el sector laboral?

El aumento del SMI ha tenido un efecto devastador en el empleo de las trabajadoras domésticas, ya que las familias que contratan sus servicios no pueden asumir los costes salariales y las cotizaciones adicionales.

Mientras que el Gobierno justifica esta medida como una mejora en las condiciones laborales, la realidad es que para muchas empleadoras (familias de clase media), mantener estos contratos es financieramente inviable.

Además, el aumento de los salarios también ha empujado a muchas trabajadoras a la economía sumergida, donde, al no estar registradas, no tienen acceso a las prestaciones que la ley pretendía garantizar.

Las trabajadoras afectadas denuncian que el SMI, lejos de mejorar su situación, las está expulsando del mercado laboral.

Muchas de ellas optan por trabajar sin contrato o reducen sus horas para que los empleadores puedan permitirse sus servicios, pero esto las deja sin seguridad social ni protección laboral.

 

Cotizaciones y costes del Régimen Especial de Empleadas del Hogar

El coste total de contratar a una empleada del hogar no solo incluye el salario, sino también las cotizaciones a la Seguridad Social.

Estas cotizaciones se dividen entre el empleador y la trabajadora, aunque la mayor parte recae sobre las familias.

En 2024, el tipo de cotización por contingencias comunes alcanza el 28,3%, de los cuales el empleador cubre el 23,6.

Además, las empleadas deben cotizar por desempleo (introducido en 2022), lo que ha añadido más carga económica.

Por ejemplo, para una empleada que trabaja 40 horas a la semana, el salario bruto es de 1.134 euros, y el coste para el empleador puede superar los 1.400 euros mensuales al incluir todas las cotizaciones.

Este escenario, sumado al aumento general del coste de vida, ha llevado a muchas familias a tomar la decisión de prescindir de este servicio.

 

¿Qué dicen las afectadas del sector del hogar por el impacto del SMI?

Las trabajadoras del hogar expresan un sentimiento de frustración y abandono.

Aunque la reforma del régimen especial y la inclusión del derecho al desempleo fueron inicialmente recibidas con optimismo, el aumento de los costes ha significado la pérdida masiva de empleos en un sector ya de por sí vulnerable.

Según datos recientes, unas 90 trabajadoras del hogar pierden su empleo diariamente debido a la imposibilidad de las familias de mantener los costes.

 

Conclusión La sangría laboral en el sector del hogar: el impacto del salario mínimo en el empleo de las trabajadoras domésticas

El impacto del SMI en el sector de las trabajadoras del hogar pone de manifiesto las deficiencias estructurales del modelo laboral y de protección social en España.

Mientras que el Gobierno argumenta que la subida del salario mínimo es un avance hacia la justicia social, en realidad ha desencadenado una situación que empeora las condiciones de vida de las trabajadoras del hogar y desincentiva la formalización de sus contratos.

El aumento del SMI, lejos de solucionar los problemas del sector, está empujando a más trabajadoras hacia la precariedad y la informalidad.

El hecho de que este colectivo no pueda darse de alta como autónomo y diversificar sus ingresos solo agrava la situación.

Si el objetivo es proteger a las trabajadoras del hogar, las medidas deben ser más flexibles y sostenibles para todas las partes, de lo contrario, seguiremos viendo una sangría laboral en este sector y un aumento del trabajo sumergido que perjudica tanto a empleadoras como a trabajadoras.

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